El derecho a morir de inanición por José Miguel SERRANO
Tanto se han manipulado las palabras y utilizado los conceptos más valiosos para las más bárbaras acciones que apenas en nuestro siglo puede usarse derecho humano o democracia o pueblo sin que nos acometa un súbito pudor.
Probablemente el extremo de la manipulación es cuando se emplea un derecho contra su titular. Se otorga algo a alguien que no lo ha pedido para facilitar incluso su muerte. En Estados Unidos, desde Cruzan y, en Gran Bretaña, desde Bland se ha venido sosteniendo la posibilidad de retirar incluso la alimentación a personas en Estado Vegetativo Persistente. Se hacía desde la proclamación de un derecho a negarse a un tratamiento. Pero claro, estas personas, como es obvio, y como se ratificó con Terri Schiavo en los mismos EE UU o Eluana Englaro en Italia no pueden manifestar su voluntad. El truco del derecho contra el titular consistió entonces en deducir de palabras o gestos anteriores ante personas en coma cuál sería la voluntad actual de la víctima, perdón, titular del peculiar derecho de que te dejen morir de inanición. El siguiente paso se ha intentado recientemente en Estados Unidos con la mujer de origen ruandés Rachel N. Un tutor judicial a instancias del hospital y en contra del parecer de la familia sin recursos instó la retirada de la alimentación a esta persona, en principio tratada en el hospital de la Universidad de Georgetown y luego trasladada por falta de medios a un centro en Maryland.
En esas condiciones, la mujer en coma ha sobrevivido 21 días hasta que un juez a instancias de la familia ha instado la alimentación de Rachel. Superviviente al genocidio ruandés, ahora Rachel parece haber sobrevivido al colmo del derecho contemporáneo, la inanición, por considerar la mera hidratación como un tratamiento fútil.
www.larazon.es/noticia/1336-el-derecho-a-morir-de-inanicion-por-jose-miguel-serrano
Probablemente el extremo de la manipulación es cuando se emplea un derecho contra su titular. Se otorga algo a alguien que no lo ha pedido para facilitar incluso su muerte. En Estados Unidos, desde Cruzan y, en Gran Bretaña, desde Bland se ha venido sosteniendo la posibilidad de retirar incluso la alimentación a personas en Estado Vegetativo Persistente. Se hacía desde la proclamación de un derecho a negarse a un tratamiento. Pero claro, estas personas, como es obvio, y como se ratificó con Terri Schiavo en los mismos EE UU o Eluana Englaro en Italia no pueden manifestar su voluntad. El truco del derecho contra el titular consistió entonces en deducir de palabras o gestos anteriores ante personas en coma cuál sería la voluntad actual de la víctima, perdón, titular del peculiar derecho de que te dejen morir de inanición. El siguiente paso se ha intentado recientemente en Estados Unidos con la mujer de origen ruandés Rachel N. Un tutor judicial a instancias del hospital y en contra del parecer de la familia sin recursos instó la retirada de la alimentación a esta persona, en principio tratada en el hospital de la Universidad de Georgetown y luego trasladada por falta de medios a un centro en Maryland.
En esas condiciones, la mujer en coma ha sobrevivido 21 días hasta que un juez a instancias de la familia ha instado la alimentación de Rachel. Superviviente al genocidio ruandés, ahora Rachel parece haber sobrevivido al colmo del derecho contemporáneo, la inanición, por considerar la mera hidratación como un tratamiento fútil.
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