Un valiente no es el que no tiene miedo, sino el que está aterrado y, sin embargo, actúa. El que no tiene miedo es un temerario. Una persona con fuerza de voluntad no es aquel que es activo y está deseando hacer cosas. Es el que es un vago y le cuesta horrores moverse y, sin embargo, lo hace. Una persona optimista no es aquella que pasa de todo y los demás le dan igual. El mérito de ser positiva, o intentarlo, está en ser una persona sensible y tener que sobreponerse a las preocupaciones. Muchas veces he oído decir que da gusto estar con esa persona porque es activa y alegre. Sin duda será cierto, pero tal vez lo tiene muy fácil ser así, y otros lo tenemos muy difícil.
Supongo que hablo así por pura envidia, pero es que estoy cansada de intentar ser positiva y que siempre el mérito se lo lleven aquellos a los que no les cuesta nada. No me gusta que me consideren aburrida o convencional, sólo porque no estoy deseando arriesgarme. Si lo que tengo me gusta, no veo por qué debería estar buscando otras opciones. Si prefiero relacionarme con pocas personas de confianza a ser el alma de la fiesta (si supiera cómo), no creo que tengan que reprochármelo. Sin embargo, yo sí me siento culpable por ser como soy, como si de ese modo estuviera perjudicando a alguien, aunque realmente no creo que sea cierto; pero es que las opiniones ajenas me afectan mucho.