Dicen los expertos en nutrición que deberíamos comer más fruta y verdura. Sin embargo, aunque yo esté de acuerdo, me parece que se les ha ido la mano con las cantidades. Cinco raciones diarias de fruta y verdura suponen que casi no podríamos comer nada más; ni proteínas, ni hidratos de carbono. Se han olvidado de que somos omnívoros. Todos los alimentos son necesarios en una cantidad razonable. Un exceso de vitaminas y fibra también puede ser perjudicial para la salud, como cualquier otro. Además, se olvidan los nutricionistas de que hay muchas verduras que resulta indigestas, como la coliflor, los espárragos, el pimiento o las coles. También hay frutas que no sientan bien a todo el mundo, como las fresas, el albaricoque o el melón.
A mí en particular, me sientan mal todas esas cosas. En cuanto a mis hijos, practicamente no les gustan más que las judías verdes, los guisantes y las espinacas; y todavía aceptan más que la mayoría de los chicos. Pero, organizar cinco raciones a base de tres verduras y ensalada, haría unas comidas muy repetitivas. Así que no resulta nada fácil cumplir con las consignas sanitarias. Y, digo yo si no sería más lógico conformarse con un par de raciones diarias; un objetivo mucho más razonable. Tal vez de ese modo sí que conseguirían algo. Mientras tanto, la mayoría descartamos el asunto porque nos vemos demasiado lejos de cumplir con las expectativas ideales. Alguien debería explicarles que necesitamos unas recomendaciones más realistas y flexibles.