Esta frase de un salmo resume lo que significa tener Fe. No se es un creyente hasta que no estás dispuesto a dejar tu vida en manos de Dios. Eso cuesta mucho, porque a menudo no comprendes las cosas que te suceden y por qué te encuentras en una situación determinada. Pero tampoco yo comprendo las mitocondrias y sin embargo sé que existen y hacen su papel. La naturaleza de Dios es algo imposible de comprender por el hombre y sus designios son un misterio. Por eso repetir esta frase tiene precisamente mucho más valor. Plegarse a la voluntad de Dios supone estar dispuesto a seguir sus caminos. A cambio, el Espíritu Santo proporciona una paz imposible de conseguir por otros medios. Las personas que entregan toda su vida a Dios, lo hacen porque les compensa al ciento por uno.
Ante las dificultades y los problemas; ante el cansancio y el desánimo, éste debe ser nuestro lema. Un buen creyente sabe que su vida no puede estar más cuidada y que todo tiene un sentido, cuando se entrega completamente a la voluntad de Dios. Lo difícil a veces es descubrir exactamente en qué consiste esa voluntad. Por eso, es fundamental leer la Biblia, ya que allí están las palabras de Jesús y de todos los que le han precedido. También es importante escuchar a los sacerdotes, que son expertos en interpretar el mensaje. A partir de ahí, lo demás es instintivo. El alma suele saber lo que Dios espera de nosotros. Existe una moral natural impresa en cada persona y sólo hace falta aprender a conocerla y seguirla ciegamente.
Miércoles de ceniza.