En Abril hará cinco años de que empecé a escribir en un blog. También hará dos años desde que cerré los comentarios en éste. Recuerdo que cuando empezaba pensaba que no iba a tener inspiración suficiente y al principio sólo escribía un post semanal. Ahora hay días que me levanto y, hasta que no he escrito algo, no me quedo tranquila. Quién me hubiera dicho entonces que la escritura se iba a convertir en algo tan imprescindible en mi vida... Aunque yo, la verdad, ya llevaba una especie de diario de niña. Ahora mis blogs se han convertido en cierto modo en mi trabajo; un trabajo sin remunerar, pero bueno, no se puede tener todo.
Al escribir tanto, digamos que los textos tienen una vida efímera. Por eso decidí escribir también mis libros. El primero, El secreto de la felicidad, lo escribí entero en cinco días seguidos y es inédito. Me salió tan fácil como si me lo estuvieran dictando. Los otros cinco libros son recopilaciones de post agrupados por temas, los primeros; y luego ya cronológicamente, los dos últimos. Entre todos ellos he tenido más de seiscientas descargas, gratuitas, eso sí. Parece ser que interesan mucho pero nadie está dispuesto a pagar, ni siquiera por tener uno en casa. Tengo que decir que son bonitos, cómodos de leer y fáciles de guardar en cualquier sitio por su tamaño; pero, en fin, está claro que hacer negocios no es lo mío...