Esta idea la he sacado de un capítulo de la serie Cómo conocí a vuestra madre. Trata sobre un grupo de cinco amigos, de los cuales, dos están casados entre sí y los otros tres saltan de relación en relación desde hace años.
La serie es entretenida pero no apta para menores. El guión suele ser interesante y original. En un capítulo hablaba sobre que, a partir de los treinta años, todo el mundo arrastra una carga emocional; es decir, que todos tienen una historia, algún mal recuerdo de relaciones anteriores o incluso una dependencia emocional con alguien de su pasado. Eso es lo que yo quería decir cuando afirmaba que encontrar pareja es mucho más difícil cuanta más historia emocional lleves a las espaldas.
Porque esas relaciones anteriores marcan tu vida aunque no quieras, cambiando tu modo de ser y de encarar las situaciones presentes. No es lo mismo enfrentarte a un problema por primera vez que tener que hacerlo con un bagaje emocional pendiente de otras situaciones similares, vividas en otro momento y con otras personas. La vida en pareja ya es bastante complicada de por sí sin tener que asumir equivocaciones ajenas. Así que, cambiar de pareja a menudo no es, como muchos suelen decir, algo inofensivo; y menos aún algo positivo para la madurez personal. Más bien al contrario: las experiencias previas hacen que tener pareja estable se convierta a veces en una tarea imposible.