Son los nombres que recibe el amor en la filosofía griega. El caso es que eros es la atracción entre dos personas, especialmente tu pareja, philos viene a ser la amistad; mientras que ágape, es el amor divino que envuelve todas las cosas y los seres vivos. De modo que philos y eros son parte de ágape. Pasando a un plano científico, hace tiempo que se sabe que lo que todos conocemos procede de unas energías surgidas tras el big bang. Se trata de la fuerza nuclear, la gravitacional y la electromagnética. Pero, según se avanza en las investigaciones, parece ser que todas constituyen una sola energía esencial, que forma parte de todo y lo cohexiona todo. Algunos lo llamamos Dios.
No soy la primera que dice - ni seré la última - que la fuerza que mueve el universo y lo único que realmente importa en nuestras vidas es el amor. Dios es amor. De manera que, al final, ciencia, filosofía y religión se engloban en un todo, se mire desde la perspectiva que se mire. Ese amor (ágape) se puede llegar a experimentar de muchas maneras. Algunos lo consiguen por el camino de la meditación y el misticismo. Otros lo buscamos en nuestra relación familiar y de pareja. Hay quien lo encuentra dedicándose a la causa de los necesitados o protegiendo la naturaleza, o incluso en las artes y la música. Da lo mismo por qué itinerario se haya llegado a la misma conclusión. El caso es que es la única posible.