Es curioso cómo funcionan esos manuales de autoayuda que pretenden enseñarnos a ser sociales y a ganar amigos. Mucho me temo que eso es algo que se tiene o no se tiene. En mi caso, no. He estado ojeando un manual y he descubierto que llevo años siguiendo fielmente las instrucciones: ser educada - lo soy, sonreir - lo hago, dar las gracias - siempre, mirar a los ojos - sin duda, postura relajada - también, mostrar interés por los que el otro dice - lo hago, hacer comentarios positivos - sí, introducir alguna observación personal - de acuerdo, no protestar, no quejarse, no poner mala cara. Aceptar críticas constructivas. Buscar puntos comunes, defender tu punto de vista sin crispación...
Toda la vida me he comportado de ese modo y he conseguido ostentar el triste record de única persona sin amigos en mi ciudad. Por suerte, tengo a mi marido y mis hijos, que todavía me soportan, de momento, y deben tener un mérito enorme a juzgar por mis pobres resultados sociales a lo largo de cuarenta y cuatro años. Así que no sé si lo que cuenta es la belleza física, o estar en el momento correcto en el lugar adecuado; o tal vez precisamente no destacar en nada, o ser un buen actor y saber quedar bien con todos. Lo que sí tengo claro es que no hay manual que pueda ayudarme con mi problema. Por suerte, ya es algo que dejó de obsesionarme hace mucho tiempo.