Pensaba que iba a ser la típica película romántica y no tenía muchas ilusiones al respecto. Sin embargo, tengo que decir que me ha gustado mucho. El argumento se parece a otras muchas, pero los personajes y el paisaje valen la pena. No es tan superficial como suelen ser este tipo de películas. Es algo más profundo. Trata sobre la distinción que existe entre el amor y el amor verdadero. Mucha gente confunde a un buen amigo con su pareja ideal. Dejan pasar el tiempo y un día deciden que deberían casarse, o irse a vivir juntos. Pero llevarse bien no es lo mismo que estar enamorado. El amor es algo mágico que no se puede medir o cuantificar. Existe o no. Supongo que sólo lo sabes cuando lo experimentas.
La protagonista, para notar la diferencia tiene que comparar a dos hombres. La experiencia de la vida es la que te enseña a distinguir, no sólo el amor, sino las personas que te convienen, lo que vale la pena y el camino que quieres seguir. Por eso, tratar de precipitar la decisión es un camino seguro hacia el fracaso. Por eso siempre defiendo que las etapas de la vida hay que pasarlas una a una sin prisas; aunque eso supongo a veces aburrirse y sentirse un poco perdido, o a contracorriente. Luego no se puede volver atrás para rectificar el camino andado. No todos tienen la suerte de los protagonistas de esta película de encontrar a la persona adecuada justo a tiempo.