Cuando empezaron a enseñar casas de ricos excéntricos, ya me extrañó mucho que esa gente se prestara a salir en televisión en plena crisis a presumir de sus pertenencias. No sé si no les importa que les envidien o incluso les odien, que puedan ir a robarles o incluso atacarles por la calle. Muy seguros de sí mismos deben de estar para enseñar sus vidas de esa manera. La excepción son aquellas casas que, siendo especiales, no eran lujosas. Sin embargo, ahora rizando el rizo la cadena ha visto el éxito del formato y ha decidido sacar un programa de mujeres ricas que, al parecer tiene mucha audiencia también. Unas señoras, además, que se limitan a disfrutar de su dinero sin hacer nada útil ni ayudar a nadie y demuestran el tópico de rubia-rica-guapa-tonta.
De verdad que no comprendo nada en esta época que estamos viviendo. No le veo la gracia a ver a otros despilfarrar lo que a tantos nos hace falta. Si se trata de reirse, burlarse o ponerles verdes, supongo que sí puede ser un buen desahogo, pero no es sano. Andar alimentando resentimientos y envidias, como si no tuviéramos ya bastantes en este país, creo que es algo incluso peligroso. Pero lo que no me explico es qué interés encuentran esas mujeres en salir en televisión enseñando sus intimidades. Por dinero, no lo harán. Por publicidad, no creo que les haga falta. Por maldad, en un momento como el que vivimos... Supongo que es simplemente el poder de la fama que ha enloquecido ya a tanta gente.