He leído un nuevo término que me ha gustado: porno-pop. Realmente parece que las cantantes han empezado una competición a ver quién resulta más provocativa. Ya no se trata de vender música, sino sexo, dirigido especialmente a los hombres. Supongo que si hacen así será porque funciona, pero la verdad es que no lo entiendo. Lady Gaga tiene talento de sobra, tanto por sus canciones como por su forma de bailar, y no creo que necesite venderse de esa manera. El video de Bad romance es bueno; pero, leyendo entre líneas, se puede ver que da una imagen denigrante de la mujer, convertida en objeto de una subasta masculina. Realmente, podría ser la escenificación de un delito de trata de blancas. No veo qué atractivo puede tener eso para una chica.
Sin embargo, no deja de ser un elemento más de inmoralidad en esta sociedad donde se empiezan a aceptar como normales los comportamientos más aberrantes. Por ejemplo, ahora en las playas, no sólo tenemos que ver pechos más o menos flácidos, sino que también nos vemos obligado a contemplar culos, gracias al tanga. Entonces, no sé muy bien cuál es la diferencia con una playa nudista. Es el problema que tiene ir dejando todas las puertas entreabiertas: que luego no se pueden poner límites. La música se ha convertido en un burdel; y la calidad indudable de algunos artistas queda oculta tras una exhibición de procacidad absolutamente innecesaria.