He encontrado este texto, (que transcribo a continuación), y, como siempre me sucede, me ha dado una clave que estaba buscando hace tiempo: ¿por qué tienen tanto éxito mis escritos, si al fin y al cabo, ni soy muy culta, ni graciosa, ni profunda? Porque a veces escribo desde mi alma directamente al alma de los lectores. Otras veces intento analizar la realidad desde mi cerebro, sopesando datos y añadiendo conclusiones. Pero, de vez en cuando, surge la inspiración y ya no soy yo -persona física- como en este momento, la que escribe. Es mi espíritu expresando sentimientos y emociones que sólamente otro espíritu puede comprender.
"Personalmente, las obras que más me gustan son las que no comprendo [quizá una de las características de lo que llamamos poesía], porque una metáfora no se entiende, y si se entiende en su totalidad deja de ser metáfora para convertirse en un símil o, directamente, en una simple identidad entre dos o más objetos. La metáfora entra en el cuerpo por un agujerito que no está localizado en su totalidad en el cerebro [es un decir, otra metáfora]. Hay cosas que hay leerlas como quien escucha música. Nada que entender".
www.elcultural.es/version_papel/OPINION/26969
Y es esa conexión anímica la que explica que no haga falta ser católico, ni tradicional, ni conservador, ni liberal en lo económico para estar de acuerdo conmigo. Basta con ser parte de un binomio -cuerpo y alma- y dejar que el espíritu escuche y sienta. Igual que sucede cuando una música te llega al corazón o cuando un libro o película pasan a formar parte de tus recuerdos vitales; a veces, una simple conversación por escrito o más bien un monólogo, más o menos pesado, puede hacer más mella en tu vida que todos los tratados de filosofía. Espero que suceda así también con mis libros; especialmente el que he escrito nuevo en su totalidad: mi gran secreto de la felicidad, que pretende ser un manual de uso de la vida.
Pd.: Para quien lea mis recopilaciones quiero aclarar que los post son todos míos y pertenecen a los siguientes blogs: ya.com/acontracorriente, sigoacontracorriente.blogia.com, sigoacontracorriente.blogspot.com, blogs.hoymujer.com/historiasdecadadia y ono.es/opiniones. Los dos últimos, ya desaparecidos. Supongo que ya no tiene sentido guardar el secreto.