Corría el año 2006 cuando empecé a escribir en internet. Tenía cuarenta años, ahora tengo cuarenta y cuatro. Mi blog empezó como un diario y fue evolucionando hasta convertirse en un espacio de denuncia contra las incongruencias de la sociedad actual. Tuve momentos muy críticos y temporadas muy buenas. Llegué a sentirme poseedora de un grupo de amigos "invisibles". En este blog tenían cabida todas las opiniones sin que casi nunca tuviera motivos para sentirme ofendida.
Mentiría si dijera que no echo de menos aquello, que, en días como hoy no me dan unas ganas enormes de volver a escribir sobre todo lo que me ronda la cabeza, y abrir los comentarios y charlar como antes. Pero no puede ser, porque la sociedad ya no es la misma, porque se ha perdido el respeto a la diferencia, porque ahora la religión es tabú y el discrepante es un enemigo. Sólo espero que algún día pueda decir que vale de pena de nuevo seguir a contracorriente.
No se trata sólo de eso. También tengo mis propios problemas en la cabeza que no me dejan concentrarme en otra cosa. Por eso he optado por publicar mis "fuentes". De este modo, al menos no he abandonado la página, para que así algún día, quién sabe, pueda retomarlo donde lo dejé. Espero que para entonces todavía sigáis por aquí. Gracias por seguir leyendo este blog aunque yo me mantenga al margen.