Varios textos del autor del libro que da título al post:
La vida es apasionante, pero no fácil
Me han gustado las declaraciones del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid: "Con la píldora y el aborto quieren que los hijos crean que todo tiene fácil solución" . Creo que ha dado en el clavo al denunciar el ambiente de irresponsabilidad con el que determinadas ideologías y ¿lideres? sociales y políticos impregnan el ambiente.
El mensaje de que nunca pasa nada y que todo tiene solución, además de ser falso, es somnífero y adormece las conciencias. Promocionar que los actos del hombre no tienen consecuencias es enaltecer la mediocridad. Una de los pensamientos más grandes y que generan más libertad en las personas es considerar que lo que hacemos tiene consecuencias, que no da igual una cosa que otra y que nuestra libertad se manifiesta precisamente en escoger lo mejor.
Las declaraciones del Defensor del Menor debieran servir para animar a otros cargos públicos a dar el paso al frente y romper el tabú idiota del buenísmo, el buen rollito y el "aquí no pasa nada". Claro que pasa y cuando pasa que "cada palo aguante su vela". La vida es apasionante pero no es un cuento de hadas.
Alguien que te quiera toda la vida
Es cierto que hay mucho escepticismo sobre el matrimonio, de hecho cada vez menos personas se comprometen a través del matrimonio y aumenta el número de quienes simplemente conviven. Una lectura simplona y superficial de este hecho nos puede llevar a pensar que los hombres y las mujeres "pasan" de matrimonio.
¿Que pasaría si pudiéramos garantizar a las parejas que firmando en un papel serían felices y que el otro le querría toda la vida? ¿Alguien cree que habría muchos que renunciarían? Me da la impresión de que muchas personas no creen que sea posible tener a alguien que te quiera toda la vida. No es que no crean en la belleza de un amor fiel, sino que no lo consideran posible para ellos.
Estamos nuevamente, lo he escrito tantas veces, ante el rey de nuestro tiempo: el escepticismo. Admiramos el amor, la entrega y el sacrificio pero no lo creemos posible para nosotros. Preferimos que el listón esté muy bajo para no tener que esforzarnos para superarlo, no nos damos cuenta de que cuanto más bajo está, menos nos esforzamos y más se abaja. ¿A quién no le gusta tener a alguien que le quiera y a quien querer toda la vida?
Rehabilitar la virtud
Mi experiencia personal me indica que hay personas prefieren oír hablar de valores antes que de virtudes; he llegado a la conclusión de que en la mayoría de los casos lo que se denominan valores no complican la vida, uno simplemente se adhiere a ellos y poco más. Sin embargo las virtudes suponen una lucha personal que pocos están dispuestos a asumir.
Max Scheler publicó un estudio titulado Rehabilitación de la virtud. En él afirmaba que había descubierto en el ser humano contemporáneo una actitud espiritual contraria a la virtud hasta llegar a lo que denominaba resentimiento. El origen de este resentimiento lo situaba en que vivir la virtud supone un mayor esfuerzo de la voluntad, algo que a muchos les espanta.
Afirmaba Scheler que con el fin de librarse de esa "obligación", incluso para convencerse de su inexistencia; la persona llega a disminuir o negar su importancia considerandolo incluso como un mal. La posmodernidad presenta la virtud como algo adusto y desagradable. Ha vaciado el corazón del hombre del deseo de hacer el bien y de ser mejor y lo ha sustituido por el sucedáneo del mero bienestar fisiológico. Con estas ideas, no es dificil entender que se pretenda desterrar de los colegios, institutos y universidades la excelencia y el esfuerzo.
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