Una cosa que no soporto, es ver a esos millonarios que llevan la ropa rota, a propósito. El look mendigo me parece una falta de respeto hacia la gente que tiene que vestir así por necesidad. Pensar que se han gastado miles de euros en comprar ropa que alguien ha roto en el taller sólo porque está de moda, me parece propio de descerebrados e inconscientes. Así que, si compras algo en una tienda que viene con un defecto de fábrica, te tienen que rebajar el precio y tienes derecho a devolverlo. Pero si lo compras de marca ya destrozado, entonces resulta que tiene mucho glamour. Penoso.
Luego están los zapatos. Si eres alguien tienes que llevar zapatos de tacón de 10 centímetros, aunque te destrocen los pies. Por suerte, yo no soy nadie. Pero luego está el otro extremo: las sandalias brasileñas. Eso se utilizaba antes en las piscinas. La planta del pie tiene forma y, tan malo es forzarlo en altura como ir practicamente descalza. Lo ideal es un tacón bajo, de no más de cinco centímetros. Además esas sandalias no protegen el pie, de manera que entra toda la suciedad y se llenan de callos. Lo que supone que tienen que dedicar un montón de tiempo al cuidado de sus pies.
Pero lo que realmente me preocupa son las mujeres que conducen con esa clase de calzado. Algo que se te puede salir del pie en cualquier momento, no es lo más adecuado para reaccionar en situaciones de peligro. Un poco de sentido común nunca viene mal a la hora de vestirse, y para todo en la vida.