Ya he contado alguna vez que mis hijos siguen el programa de El Hormiguero en Cuatro. Lo vemos toda la familia porque nos parece simpático, interesante y, a veces, incluso inteligente. Sin embargo, vamos a tener que dejar de verlo porque el sexo está invadiendo cada rincón de cada sketch y cada apartado del programa. Se supone que está en horario infantil en parte y que está dirigido a los niños especialmente, debido a sus mascotas de peluche. Ellos mismos repiten a menudo aquello de: cuidado que estamos en horario infantil, pero no tiene sentido que se ahorren las palabrotas si no dejan de hablar de genitales durante toda la hora. Me pregunto si es una licencia hacia el humor fácil, o es más bien una consigna que les han dado desde la dirección del programa o del canal. También en la Sexta durante la tarde existen varios programas donde aparecen situaciones no propias para los niños.
Es malo que se acostumbren a la visión de la violencia como si fuera algo natural e inevitable. Por la misma razón, no conviene que se acostumbren a pensar en el sexo como algo que los adultos no pueden evitar hacer continuamente, porque si no no hablarían de ello continuamente, como es el caso de El Hormiguero. Hay que darle una información sobre el tema a cada niño según su edad y su orientación moral, lo cual corresponde principalmente a sus padres. Es una lástima que un programa que acerca la ciencia a los más pequeños, junto con temas de lenguaje, música y otras artes, tenga que caer en el recurso fácil de atraer al público mediante pornografía más o menos encubierta. El sexo no debería ser nunca cosa de niños. Dice mi hija que sus compañeros repiten obscenidades que escuchan en televisión. Ese es el primer paso hacia el acoso sexual, que luego puede derivar en abusos y pederastia.
Espero que Flippy les recuerde a sus compañeros algún día que el cerebro está en la cabeza, dentro del cráneo, no en los genitales. Hoy traigo un artículo de Carmen Posadas sobre la telebasura: "Ese público, al que tanto menosprecian, consumiría iguales cantidades de horas televisivas si le ofrecieran programas de gran calidad, (...) Creo que así como todos llevamos dentro un voyeur, una marujona y hasta un sadomaso, si me apuran, también llevamos un artista, un poeta y un samaritano. De ahí la responsabilidad de los que hacen las programaciones de no servirse sólo de nuestro lado oscuro para hacer sus productos televisivos". Esta gente estan obseXionados.
Música: dont you want me baby?.mp3. Human league