Hace tiempo que escribir este blog dejó de ser algo agradable para convertirse en una obligación. He pensado varias veces en dejarlo, pero no puedo. La razón es sencillamente que soy la única. Soy la única persona en esta zona de internet que defiende a la Iglesia frente al laicismo, al capitalismo frente al socialismo, a la moral cristiana frente al relativismo, la vida frente al aborto y la eutanasia, la fidelidad frente a la promiscuidad, la familia frente al individualismo, la pareja frente a la ideología de género...
Existe una página que os recomiendo. Se llama Hazte oir.org y de ahí saco buena parte de mis informaciones. Son también los únicos en internet, que yo conozca, que se atreven a llamar a las cosas por su nombre porque son independientes de partidos políticos e intereses económicos. Pertenecen a esta organización muchos católicos, pero hay gente de todas las ideologías y creencias. También son los promotores de Derecho a vivir.org, del cual supongo que sí que habéis oído hablar. Si un día decido dejarlo, podréis encontrar allí ideas muy parecidas a las mías.
Cuando entro en esa web comprendo que no puedo dejarlo. No puedo quedarme en mi casa con mi familia y desentenderme de la realidad del mundo, de la falta de valores de nuestra sociedad y de la deriva nihilista que está tomando nuestro país. Aunque no esté en mi mano nada más en absoluto, mientras pueda seguir tecleando en el ordenador, seguiré denunciando que el feto es un ser humano desde el momento de su concepción. Seguiré diciendo que la moral cristiana es tan válida ahora como lo ha sido y será siempre.
Todos aquellos que están de acuerdo conmigo pero no hacen nada y no dicen nada, están contribuyendo a la situación, están dejando que nuestra sociedad se vuelva cada vez más materialista, más egoísta, más vacía de valores. Si yo viera que existe un debate social, que la oposición simplemente se opone, que existiera en España una derecha, como existe en todas las democracias del mundo; entonces sí podría cerrar el blog o dedicarme a escribir sobre las estrellas. Pero empiezo a dudar que vea ese momento.